Ejemplo de sonetos con serventesios

Ejemplo de sonetos con serventesios

 

El soneto se importó de Italia junto con muchas otras cosas del Renacimiento y fue rápidamente adoptado (más que adaptado) por la poesía culta en castellano.
De manera que, tras tantos siglos de cultivo ininterrumpido,  la forma clásica del soneto (dos cuartetos y dos tercetos de rima consonante y versos endecasílabos) ha dado lugar a muchas variantes de todo tipo.

Una de ellas, sin embargo, es una variante a su vez clásica, el soneto con dos serventesios (ABAB) en los ocho prmieros versos en vez de dos cuartetos (ABBA).
En efecto, los poetas que hicieron los primeros ensayos de soneto en castellano, al fonal de la Edad Media, ensayaron hacerlos tanto con cuartetos como serventesios.
Y de ejemplo sirve el propio Íñigo López de Mendoza, el Marqués de Santillana (1358-1498), autor de los 42 sonetos fechos al itálico modo. He aquí uno de ellos con serventesios:

Cuando yo veo a la gentil criatura A
que el cielo, acorde con naturaleza B
formaron, loo mi buena ventura. A
El punto y hora de tanta belleza B

me demostraron, y su hermosura, A
que sola de loor es la pureza; B
mas luego torno con igual tristura A
y plango y quéjome de su crueza. B

Que no fue tanta la del mal Thereo,C
ni hizo la de Achila y de Potino, D
falsos ministros de ti, Ptholomeo. C

Así que lloro mi servicio indino D
y la mi loca fiebre, pues que veo C
y me hallo cansado y peregrino. D

ANTONIO MACHADO

Soneto con serventesios:

Tuvo mi corazón, encrucijada
de cien caminos, todos pasajeros,
un gentío sin cita ni posada,
como en andén ruidoso de viajeros.

Hizo a los cuatro vientos su jornada,
disperso el corazón por cien senderos
de llana tierra o piedra aborrascada,
y a la suerte, en el mar, de cien veleros,

Hoy, enjambre que torna a su colmena
cuando el bando de cuervos enronquece
en busca de su peña denegrida,

vuelve mi corazón a su faena,
con néctares del campo que florece
v el luto de la tarde desabrida.

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