Ejemplo de decima de pie forzado

EJEMPLOS DE DÉCIMA DE PIE FORZADO

Definición de décima de pie forzado.
La décima  clásica  o espinela (aunque realmente la espinela fue una modificación sobre un modelo asentado previo) consta de diez versos, normalmente de versos octosílabos. .
Las rimas presentan esta estructura: abbaaccddc

Esta estructura responde a lo siguiente:
-1 redondilla (abba)
-dos versos de transición o puente (ac), que repiten la rima  primera (y última) de cada redondilla
-1 redondilla (cddc)

La décima de pie forzado es una continuación en la corriente de la poesía popular de esta estrofa que se remonta al menos al siglo XVI y que ha arraigado en numerosos países: Chile, Argentina, Uruguay, Puerto Rico, Cuba…. En España también existe esta corriente popular en Andalucía, Extremadura, Canarias… por lo que su origen es quizá menos exótico de lo que algunos especulan.

La esencia de la versión popular de la décima es el pie forzado.
Una modalidad corriente es que el pie forzado sea el último verso de la décima.
Este último verso es, en realidad, el que da pie(forzado) a todo el poema, pues el decimero o decimista debe improvisar toda la décima en función de que desemboque de manera vistosa en ese último verso.
Es un ejemplo típico del papel de las competiciones en la poesía popular.

Otras veces, el pie forzado no es un solo verso, sino que al decimero le dan de 2 hasta 4 (el máximo, pues la décima tiene cuatro rimas) frases octosílabas a modo de pie quebrado y tiene que improvisar la décima haciendo encajar los cuatro versos del pie forzado en una décima que tenga sentido y mérito.

 

Ejemplos de décima de pie forzado:

Aquí uno maravilloso de Juan Acevedo Carrión (Puerto Rico) que muestra en décimas enm qué consiste la técnica del oie forzado popular

Juan Acevedo Carrión
Técnica y Estética de la Décima

No soy ningún erudito,
Tal vez poco de novato,
Con mi deseo sensato
De vertical jibarito,
Que aspira dejar escrito,
Con bastante corrección,
Un mensaje, una lección
Para que los trovadores,
Se conviertan en valores,
De nuestra improvisación.

Hacer la décima pura,
Es mi primera inquietud.
Si le di mi juventud,
A mi novia, la cultura,
He cavado su escultura,
Buscando la perfección,
Usando aliteración,
Anáfora y paradoja,
Pido amigo que la escoja,
Para darle nutrición.

El epíteto admirable,
Hace la estrofa más bella,
Y brilla como una estrella,
Un adjetivo agradable.
Es un tesoro admirable,
La décima bien tallada,
Puramente sazonada,
Con su métrica elegante,
Y su rima consonante,
Cultamente edificada.

Es difícil sumamente,
Nuestra típica Espinela,
Si faltamos a la escuela,
De la vida y de la mente,
Como alumno permanente,
Les podría asegurar,
Que no es fácil dominar,
La décima estilizada,
Vieja niña uniformada,
Que nos honra cultivar.

La décima esta regida,
Por un escrito patrón,
De esos diez versos que son
Una regla definida.
La misma esta dividida,
En ocho partes llamadas
Silabas encadenadas.
Con ritmo y con melodía,
Que es la selecta poesía,
Con sus diez líneas rimadas.

Rimando con la primera,
Hallaras la Quinta y la cuarta,
Y riman en doble carta,
La segunda y la tercera.
La seis y la siete entera,
Dan su rimada constancia.
La octava con elegancia,
A la novena le rima
Y ahí la décima se arrima,
A la sexta en consonancia.

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